El pasado sábado día 23 de julio las Tribus del Íber tuvimos el enorme placer de participar en las jornadas culturales de las fiestas de Santiago de Herbosa (Valle de Valdebezana, Burgos).
La jornada comenzó con una charla en el local del Concejo, en la que las Tribus del Íber, de la mano de Ernesto Rodrigo y Elisa Rivero, hablamos de la riqueza arqueológica de la zona y de los objetivos de nuestra asociación.
A continuación, el arqueólogo local Eduardo Sainz-Maza presentó su estudio: «NUEVAS EVIDENCIAS DE ARTE RUPESTRE POSTPALEOLÍTICO EN LAS MERINDADES», centrándose en los petroglifos y las pinturas del entorno de Herbosa y Santa Gadea.
Acto seguido iniciamos la excursión para conocer las turberas, un hábitat excepcional y con un equilibrio muy delicado. Vimos la turbera Margarita, recientemente restaurada, y pudimos identificar hasta tres especies de plantas carnívoras gracias a nuestras socias expertas en plantas, Eva y Sara.
A la vuelta visitamos el impresionante altar de Herbosa, una gran roca de arenisca surcada por centenares de cazoletas que nuestros antepasados tallaron para fines que aún se nos escapan. El lugar se encuentra en una vaguada húmeda, de buenos pastos, rodeada de un circo de rocas que quizá sirvieron de graderío para presenciar los actos que los antiguos realizaban sobre el altar.
A la vuelta y ya con hambre, los amigos de la Asociación Camino Olvidado de Burgos nos esperaban con una deliciosa paella popular. Después, la autora y presidenta de Tribus del Íber, Elisa Rivero Bañuelos, presentó su novela histórica «Tarvos, de Tartessos a la Galia«. El viaje de Tarvos y sus compañeros atraviesa Merindades hasta Ojo Guareña, para después remontar el curso del Ebro hasta sus fuentes, atravesando también estas tierras herbosinas.
Con ganas de más arqueología, por la tarde las Tribus recorrimos las peñas con vestigios de talla (cazoletas, canales) del propio pueblo de Herbosa, y tuvimos el privilegio de escuchar a José Díaz Díaz contando la historia de la Peña de la Junta de la Hermandad de la Rivera.
Al atardecer seguimos las rodadas del antiguo camino de carros que emergen desde Herbosa hasta Arnedo, y vimos los restos de un antiguo monasterio de la última localidad.
Por último, las Tribus nos unimos a las fiestas del pueblo. Una jornada inolvidable entre amigos y nueva gente interesada en todo lo que esta hermosa tierra nos ofrece.
Mil gracias a la Junta Vecinal de Herbosa, al bar de Herbosa y al Camino Olvidado por hacer posible esta jornada. Gracias a nuestro amigo y socio David Pantano por coordinarlo. Y a todos los asistentes por vuestro interés.
Y recordad: esta riqueza es el legado de nuestros antepasados, y está en nuestras manos conservarla.
Para más información:
Nuevas evidencias de Arte Rupestre Postpaleolítico en Las Merindades (Burgos)